jueves, 30 de julio de 2009

Un año más, un año menos

El ser humano por su naturaleza siempre tiende a hacer balance de lo vivido y acontecido cada vez que termina una etapa de su vida, un año natural o simplemente cuando vuelve a casa después de hacer la compra en el supermercado.

Por esta razón y si siguiera lo estipulado como ser humano, hoy, 30 de Julio de 2009, debería hacer doblemente balance, porque hoy cumplo la friolera de 23 años y además han comenzado mis vacaciones por lo que cierro el mismo día mi primer año como trabajador además de mi vigésimo segundo año de vida.

Pero como sigo siendo el mismo, hoy no puedo hacerlo, porque no tengo tiempo.

domingo, 26 de julio de 2009

Cádiz, licencia para gozar

No sé por qué pero realmente el sur es un sitio que no conozco demasiado así que pocas veces puedo cantar esa canción de Estrella Morente que dice 'vuelvo al sur'.

Pero, como todos sabéis, esto no quiere decir que la parte de la piel de toro más cercana al continente negro no me guste, al contrario me encanta arrancándome por bulerías siempre que puedo.

Así que cuando se me propuso allá por el mes de mayo la posibilidad de realizar una visita a Cádiz, dí el 'sí quiero' sin dudarlo aún a sabiendas que hasta bien entrado el mes de Julio no podría concretarse el asunto.

Ese día llegó el viernes pasado cuando monté, tras una carrera de obstáculos por el metro madrileño, en el Alvia rumbo a San Fernando, la isla cuyo uno de sus hijos predilecto es el Camarón, para mí, el más grande. Obviamente, tuve que presentarle mis respetos rompiéndome la camisa justo al lado de su estatua.


El sábado fue un día chirigotero, descubriendo la Pequeña Habana...si ya lo cantaba Machín, 'La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero'. Monumento a La Pepa, aquél primer grito de libertad de la quinceañera España, en plena edad del pavo democrática, Teatro Falla (Russian Red toca allí en dos semanas, por si a alguien le interesa), Las Cuatro Plazas, El Populo con sus callejuelas anoréxicas y por supuesto, la Caleta, escenario de la ya mítica escena de Halle Berry en 'Muere otro día' película de la saga de James Bond.

El punto amargo lo puso la noche, en un bar llamado Rockódromo, lugar indie gaditano donde no ponen Vetusta Morla porque está demasiado quemado, Mendetz porque es música electrónica y Los Planetas tampoco porque...porque no. Surrealista cuando justo después de pedirlo suena Depeche Mode (parece que es un grupo nuevo en Cádiz) o Radiohead con sus temazos, claramente poco radiados y poco antes habían puesto a Lori Meyers. La verdad, no entiendo este espíritu español amante de despreciar el producto nacional. Supongo que es el mismo espíritu que hace que en la liga española sólo triunfen los inhos o los ronaldos. Por favor, que paren el mundo que yo me bajo. Aún así, si no soléis hablar con los pinchas, es un oasis indie en la fiesta gaditana, merece la pena.

Para rematar el fin de semana, un último baño en Camposoto con una caminata hasta la Punta'el Boquerón con vistas a Chiclana y al Castillo de San Petri. Simplemente espectacular.

Vuelvo a Madrid más rojo que de costumbre, esuchando vm (yo no los tengo quemados), y con varios añadidos a mi vocabulario como, arsa, pisha, ariquitán...ah no, que eso se dice en Sevilla.

domingo, 12 de julio de 2009

Hablemos de Milenarismo, digo...de Música

El 21 de Junio a simple vista no dice más que el 23 de Febrero o el 15 de Septiembre, a no ser que casualmente ese día sea tu cumpleaños, el de un amigo o el aniversario de la muerte de Chanquete, que creo que no es el caso.


Sin embargo, para mí, desde este año 2009 de la post-modernidad, el 21 de Junio ha adquirido un significado especial...es, el Día de la Música, ese leit motiv que siempre ha estado rondando mi vida, bien siendo parte integrante o simplemente, como ahora, parte disfrutante.

Y allí estábamos, 10.30 A.M. de un domingo haciendo cola en un antiguo matadero para ver a las 12.00 A.M. a esa comuna sentimental llamada Vetusta Morla.

Simplemente, es algo impresionante cómo, estos aborígenes de Tres Cantos, consiguen traducir los sentimientos de toda una generación con respecto al mundo que les ha tocado vivir, con una expresividad apabullante y un nivel musical muy difícil de conseguir reinventándose en cada concierto.

Éste fue acústico, íntimo, de escalofríos por la espalda y coros infinitos, con una invitada de lujo, Christina Rosenvinge, road to Chicago.

Sólo por esto, el madrugón había merecido la pena pero aún quedaba mucho más, Catpeople,
Under water tea party (simplemente brutales!), Josele Santiago, Gilberstástico (alias el Maestro Papero, que se vio sólo en el escenario por la no asistencia de Los Mierdas Flotantes), Extraperlo, Julio de La Rosa, Nudozurdo y por supuesto, para mí el colofón del día...Mendetz, ese grupo robótico que puso la B.S.O. a Berta Collado, en ese programa que conoce lo que hace la gente.

Llevábamos allí más de 8 conciertos pero aún quedaba música para largo, no en vano aún no habían tocado los Sunday Drivers, Russian Red y algún que otro trovador pero tuvimos que autoconvencernos y decir mejor aplaude y vámonos, que termine esta función si bien nos hubiera encantado entonar el clásico del barco de Chanquete no nos moverán.