No hace demasiado tiempo al volver de las conocidas Pozas de Arnedillo por esa carretera berona que parece estar enamorada del nacimiento del Río Cidacos me sorprendió un cuestionario oral que según su creadora define perfectamente a una persona.
Este cuestionario se reducía a tres preguntas.
¿Prosa o verso?
¿Gatos o perros?
¿Playa o montaña?

Después de contestarlas le dije que a mi parecer, para que ese método fuera infalibe faltaba al menos una pregunta, 'el vaso, ¿medio lleno o medio vacío?'
Cierto es que la respuesta a esta pregunta, a medida que pasa el tiempo no tiene por qué ser la misma, ya que como dijo Ortega y Gasset, 'Yo soy yo, y mis circunstancias' pero creo que suele definir muy bien a una persona porque el optimismo, así como el pesimismo que pueda tener la misma, se aprecia en cuestiones como ésta.

Es curioso cómo para los
mediollenistas, los problemas siempre se pueden afrontar con garantías de poder superarlos, las distancias no dejan de ser números que te recuerdan que una persona a la que te gustaría ver más a menudo está a 621 km, que en ese viaje que siempre has querido hacer recorrerás 1324 km, o que la parada de metro más próxima está a 200
metros.
Pero esta
tribu no habla de distancias por pensar que esa persona está demasiado lejos, o que ese viaje es demasiado largo o que da mucha pereza ir a la parada de metro, sino porque se suelen acordar a menudo de la primera, porque pasado mañana o cuando sea empezarán el segundo o porque saben que después de recorrer esos 200
metros hasta la tercera irán a encontrarse con
La Latina,
Lavapiés o
Malasaña, de nombre Manuela.

Aún así, esta forma de ver la vida, no deja de ser eso, una perspectiva que no te asegura que aunque tú estés viendo una manzana apetitosa, con ese color rosado que le da la
Adobería, otra persona que esté enfrente tuyo con la consiguiente perspectiva opuesta pueda apreciar que está podrida.
Es ahí cuando el
perspectivismo salta con el número 10 al terreno de juego y distribuye el juego para intentar ganar el partido. Esperemos que le ovacionen y que tras el partido se pueda celebrar la victoria en
Canaletes, en la
Cibeles e incluso en
Neptuno.
Por si os interesa, en su día respondí,
verso,
gatos,
playa y el vaso...
medio lleno (aunque también tengo que reconocer que si la útlima pregunta me la hicieran en el
Moloko con mi copa de
brugal-cola en la mano, probablemente hubiera contestado
medio vacío...por aquello de las circunstancias).