Seriedad.
Suavemente mueve tu copa para que el caldo empiece a liberar esos aromas que te transportarán a Bodegas Muga, esa que tiene una torre en el barrio de la estación de Haro.

Primero viajarás al patio de la vendimia con su tornillo sin fin. Te aviso, antes de que te quieras dar cuenta estarás observando las tinas donde se produce la primera fermentación que en su día fueron aspirantes a gigantes cervantinos, galardón que se llevaron los molinos de viento manchegos.

A la derecha encontrarás historia embotellada, grandes vinos para los mejores momentos.
Y no hemos hecho nada más que comenzar.

Llega el plato fuerte. Una vez que el primer contacto se ha producido, tenemos que confirmar las pistas que nos ha dado, esto lo aprendí del Inspector Clouseau, mi mentor. Para ello, hay que tomar otro sorbo del vino y mantenerlo en la boca mientras respiras una única vez.
Ahora hay cuatro posibles ramas. Así, si el sabor te lleva a Santo Domingo de la Calzada (donde cantó la gallina después de asada), el vino será un Crianza, si te lleva a Logroño, se tratará de un Reserva, si tiene un toque a madera de Fagot, será un Gran Reserva y si suena como un frontis, será un Bosconia de 1942.

4 comentarios:
¡¡Qué bueno es volver a casa!! Y sobre todo, pasar un fin de semana de lo más riojano.
Te veo la semana que viene por Madrid para improvisar alguna fiesta riojana.
"Ya podrían ser todos los ejércitos como éste, los berones entendemos así la guerra." Me encanta esa frase Nacho, la guardo en mi memoria.
Como discutimos el otro día, el vaso siempre medio lleno y sí es con un buen caldo, mejor que mejor.
Un abrazo.
madre mia Nacho llevame ya a la Rioja, vaya envidia!!!!
un besico sol
muuua
¡¡Así me gusta!!
Por algo eres Sergi Vinokurov!
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