lunes, 13 de abril de 2009

Con cien ratones por banda, viento a popa, a todo router...

Siempre me he declarado, y lo seguiré haciendo, como un enamorado del lenguaje literario y de la metáfora, esa pequeña orfebrería cotidiana que, por ejemplo, hizo que Cervantes se refiriera al hambre como "La mejor salsa del mundo [...] la que no falta a los pobres, y por eso comen con gusto".

Sin embargo, desde que empezó esto del internet allá por los años 90, hay una metáfora que lejos de agradarme, me resulta demasiado tramposa y peligrosa para aquél que tiene la 'suerte' de verse unido a la imágen de: pirata.

Segun el DRAE, la palabra pirata designa algo 'clandestino', a una 'persona que, junto con otras de igual condición, se dedica al abordaje de barcos en el mar para robar', o a una 'Persona cruel y despiadada'. Todo flores, cualquier madre que se precie querría emparentar con un pirata a tenor de los calificativos que le regala este diccionario que algunos llaman 'buscón' y que nos transportan a epocas de Drake.

De todas formas, dentro del reciclaje constante al que está expuesta la lengua nacida en San Millán de la Cogolla, esta palabra por artificio poético se ha vuelto a utilizar con una acepción más moderna para referirse de manera injusta la mayoría de la veces a ciertos usuarios de la red de redes.

Así, dentro de este saco, que más que saco empieza a parecer el bolso de Mary Poppins, están metidos prácticamente todos los usuarios de la triple w porque para cierta asociación de autores con sede en el madrileño Palacio Longoria, cerca de la boca de metro de Alonso Martínez en Madrid, todos somos culpables hasta que se demuestre lo contrario.

Sí, habéis leido bien, porque por lo que parece la presunción de inocencia de la que el derecho hace gala para estos individuos encabezados por Ramoncín, es algo inexplicable y por eso, enarbolando la bandera de...no sé que bandera (supongo que la de sus intereses), desde hace un tiempo se está cobrando un cánon que algunos tildan de estúpido por cada CD, DVD, iPod, USB...que se compra. Porque claro, estos artículos no se compran para grabar las fotos de tus vacaciones en París, para utilizarlos en las prácticas de tu carrera o para escuchar música que has adquirido en tu tienda de discos más cercana. Claro, es que somos todos culpables, como decía antes, hasta que se demuestre lo contrario (si te dejan demostrarlo). ¡Gracias Rey del Pollo frito!

Así, llegamos al punto que me ha llamado la atención durante estas vacaciones de Semana Santa. El Miércoles Santo saltó a la plana nacional de desinformación la noticia de que se había detenido al primer pirata condenado por lucrarse al poner al alcance de los usuarios de su página web obras bajo la protección de la ley de los derechos de autor.

Un lucro discutible porque toda página web tiene gastos derivados del almacenamiento de la misma en host y del tema de colgar material bajo la protección de la ley de los derechos de autor...nada de nada debido a que eran enlaces externos a la página.

Además, este pirata peligroso, que si no se dedicaba al abordaje de barcos en el mar para robar era porque no encontraba personas de su igual condición, era un jóven de Logroño que respondía según el diario La Rioja a las iniciales de A.G.L, y que según esta misma fuente, en otros tiempos fue estudiante de la universidad berona en la carrera de informática.

No deja de resultar curioso que dijeran que ésta era la primera vez que un webmaster de una página pirata era condenado a prisión y multado con una cantidad de dinero en compensación por la actividad que había tenido su página web y que sin embargo, no dijeran que todos los casos (ocho, para ser precisos) abiertos anteriormente contra páginas idénticas habían sido sobreseídos. Se les olvidaría.

También, en mi opinión, se les olvidó decir (qué cabeza!) que realmente no había existido ningún juicio ya que el acusado se había declarado culpable por su propio pie, aún siendo inocente, porque llegó a un acuerdo con la parte acusante por lo que el juez lo único que hizo fue aceptar la declaración. No se os ocurra nunca decir por nada en el mundo que sois los culpables del asesinato de Kennedy, porque aunque no hubierais ni nacido, igual os encarcelaban sin más miramientos.

En resumen, muchas incógnitas quedan abiertas en esta noticia, pero lo que está claro es que en la conciencia global de la sociedad lo que ha calado es que un pirata ha sido condenado por lo que el resultado del partido contra la piratería va 1-0 a favor de la SGAE, cuando en realidad va 8-1 a favor de la gente que lucha por tener un internet libre, y además, el gol que ha marcado la SGAE ha sido en propia puerta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno el artículo. David Bravo lo aclara todo lo referente a la sentencia aqui http://www.filmica.com/david_bravo/archivos/009350.html y entrevista al chico http://www.filmica.com/david_bravo/archivos/009353.html

;)