
Pero, como todos sabéis, esto no quiere decir que la parte de la piel de toro más cercana al continente negro no me guste, al contrario me encanta arrancándome por bulerías siempre que puedo.
Así que cuando se me propuso allá por el mes de mayo la posibilidad de realizar una visita a Cádiz, dí el 'sí quiero' sin dudarlo aún a sabiendas que hasta bien entrado el mes de Julio no podría concretarse el asunto.
Ese día llegó el viernes pasado cuando monté, tras una carrera de obstáculos por el metro madrileño, en el Alvia rumbo a San Fernando, la isla cuyo uno de sus hijos predilecto es el Camarón, para mí, el más grande. Obviamente, tuve que presentarle mis respetos rompiéndome la camisa justo al lado de su estatua.

El sábado fue un día chirigotero, descubriendo la Pequeña Habana...si ya lo cantaba Machín, 'La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero'. Monumento a La Pepa, aquél primer grito de libertad de la quinceañera España, en plena edad del pavo democrática, Teatro Falla (Russian Red toca allí en dos semanas, por si a alguien le interesa), Las Cuatro Plazas, El Populo con sus callejuelas anoréxicas y por supuesto, la Caleta, escenario de la ya mítica escena de Halle Berry en 'Muere otro día' película de la saga de James Bond.
El punto amargo lo puso la noche, en un bar llamado Rockódromo, lugar indie gaditano donde no ponen Vetusta Morla porque está demasiado quemado, Mendetz porque es música electrónica y Los Planetas tampoco porque...porque no. Surrealista cuando justo después de pedirlo suena Depeche Mode (parece que es un grupo nuevo en Cádiz) o Radiohead con sus temazos, claramente poco radiados y poco antes habían puesto a Lori Meyers. La verdad, no entiendo este espíritu español amante de despreciar el producto nacional. Supongo que es el mismo espíritu que hace que en la liga española sólo triunfen los inhos o los ronaldos. Por favor, que paren el mundo que yo me bajo. Aún así, si no soléis hablar con los pinchas, es un oasis indie en la fiesta gaditana, merece la pena.

Vuelvo a Madrid más rojo que de costumbre, esuchando vm (yo no los tengo quemados), y con varios añadidos a mi vocabulario como, arsa, pisha, ariquitán...ah no, que eso se dice en Sevilla.
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