Así, estaba en el sofá de mi casa berona dispuesto a sufrir, como mandan los cánones que algún demiurgo definió para la afición asentada en la ribera del Manzanares a eso de las 20.45 pero nada más lejos de la realidad.
Algo ha cambiado, este Atleti, mi Atleti o como aquél spot publicitario tan emotivo definió : el puñetero Atleti, parece que ya no quiere crear hinchas superdesarrollados en cuanto al aspecto coronario se refiere.

Sin haberse sentado la mitad del aforo del Vicente Calderón, ya íbamos un gol arriba merced a un gol en propia puerta. Otras veces, era al contrario.
Pero es que después, el partido entró en la calma chicha hasta el minuto 80 cuando una de las superestrellas marcó un gol digno de cualquier galardón futbolístico.
Todo muy fácil, todo muy aséptico...¿será que nos estamos haciendo grandes?
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