viernes, 28 de agosto de 2009

La última página de la memoria de mi PFC

Agradecimientos

Por lo general no me gusta escuchar ni leer el típico discurso de esa persona que en teoría recita o escribe para agradecer a terceros lo hecho cuando en realidad sólo está realizando un encumbramiento propio. Siempre me han parecido demasiado artificiales y totalmente prescindibles.

Por eso, puestos en la deriva de hacer honor a aquél refrán castellano que dice de bien nacido es ser agradecido no me gustaría que las pocas personas que van a leer el epitafio de esta memoria se queden con esa impresión aunque, como siempre, estoy abierto a cualquier crítica.

Quisiera empezar agradeciéndoles el apoyo moral y la ayuda que me han suministrado a mi padre, un griego entre romanos, a mi madre, el despertador humano, y a mi hermana, cuyos comentarios ahora mismo están en mi debe a falta de una consolidación futura.

No me gustaría olvidar en este agradecimiento multitudinario a Sagrario sin la que el mes de Agosto habría sido inaguantable a la par que aburrido y cuya paciencia a la hora de escuchar divagaciones científicas es más que digna de elogio.

Por supuesto, mención aparte para mis directores, Luis Javier y Teresa sin los cuales todo esto hubiera sido imposible.

A mis abuelos y el Ciruelo que tenemos a medias Marino y yo, a Unix, el matemático con más flow, a Renis Guenis, el gurú de la informática, a los Míticos logroñeses, a Gabi, el webmaster del pescaíto frito, a David que en breves será decano, a Pauli Pauli la del Olympique, a los irreductibles galegos Walter y Meu, a Rebeca y de la mano a Alejandro, mis compañeros históricamente de viernes y actualmente de domingo, a los madrileños, María, Sara, Lalu y José, a mis amigos MSianos Moha, Eva y Juan (el arquero), a los compatriotas de William Wallace, Miki González Blanco, Ana, Mamen y Sara, a la Maken y su grupo de Facebook, a mis Hermanos de D'Elhuyar, a mi socio de los agapornis y los trileros, Exmouth no os olvido tampoco, Little Tower, Marta Rubio y Marina, a los Cisnes Negros y por último a Titín, el emperador de Tricio.

Personalmente, no creo que haya mejor forma de terminar un viaje que agradeciendo a esa gente que ha sido tu bastón en el camino, tu cámara de fotos para inmortalizar los buenos momentos y otras veces tu furgón escoba todo lo hecho directa o indirectamente por el final feliz del mismo así que, con un gracias infinito a todos vosotros, una sonrisa en la cara y el beneplácito de la autoridad competente doy por terminada esta memoria.

1 comentario:

Inmaken dijo...

CÓMO ERES TAN BONICO?
siempre es facil sonreir si hay cerca gente como tú Nachete.
como siempre un placer!
Muchos bs y achuchones